Todos nos despertamos con mal aliento. Tu taza de café de la mañana puede enmascarar tu aliento matutino, pero no refresca exactamente las cosas.
Incluso si se cepillas los dientes antes del trabajo, las cosas pueden salir mal mucho antes del almuerzo. Podrías conocer a tu nuevo jefe o quizá te encuentras a quien será el amor de tu vida y tu boca rigiendo como leon.
Recuerda que nunca tienes una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.
En un mundo ideal nos lavaríamos los dientes 4 o 5 veces al día (espera, no, bórralo), en un mundo ideal tendríamos un aliento fresco todo el tiempo, aunque la comida, el ambiente y la genética trabajen contra nosotros.
La buena noticia es que puedes incorporar ciertos hábitos y comportamientos en tu día para asegurarte de que tu boca se mantenga lo más fresca posible, durante el mayor tiempo posible, mientras te permite despertarte sin ese mal aliento.
Y no, eso no significa ni cepillarse los dientes 5 veces al día, pero sí unas dos o tres veces. Pero vamos desde el principio.
Estos son nuestros consejos para mantener el aliento fresco durante todo el día, enfocados en gran medida a combatir la sequedad y la proliferación de bacterias (son estas bacterias, en este ambiente seco, las que producen el olor sulfuroso en la lengua y en la garganta). Por lo tanto, estos consejos están destinados a contrarrestar estas condiciones.
Ah, y si eres fumador, entonces ya conoces la mejor solución para un mejor aliento (y una vida más larga, además), así que te ahorramos ese consejo.
1. Cepíllate los dientes por la mañana, al mediodía y por la noche
La Asociación Dental Mexicana recomienda cepillarte los dientes al menos dos veces al día: por la mañana (después del desayuno) y por la noche antes de acostarse. La necesidad de esto para la salud bucodental suele ser imperativa, pero también neutraliza significativamente las bacterias que causan el mal olor y que crecen en la boca mientras duermes y durante el día. (Además de deshacerse de las partículas de comida con las que se dan un festín.) Si puedes darte una tercera cepillada después del almuerzo, será más poderoso.
2. Usar hilo dental todos los días
Usar hilo dental una vez al día debería ser suficiente. Puede ser por la noche, antes de cepillate los dientes. De nuevo, sus beneficios van más allá de mantener un aliento fresco, sino que se deshace de los trozos de comida que se acumulan entre los dientes y que se convierten en los principales objetivos de las bacterias para producir el mal aliento.
3. Mantente hidratado (y mantén tu boca hidratada también)
Estas bacterias que causan el mal olor prosperan en un ambiente seco, es por eso que amaneces con un aliento especialmente rancio por la mañana, porque probablemente dormiste con la boca abierta, o no había suficiente humedad, o simplemente llevas más de 8 horas sin tomar agua.
Mantenerse hidratado beneficia todas las funciones de tu cuerpo, incluida la producción de saliva y su capacidad para hidratar la boca y descomponer trozos de comida.
En este sentido, incluso beber un vaso de agua antes de acostarse (o durante la noche si te levantaste al baño) mejorará significativamente tu mal aliento matutino al mantener la boca húmeda.
Lo mismo ocurre con agregar un humidificador a tu dormitorio mientras duermes, en ambientes fríos, secos y/o áridos.
4. Finaliza cada comida con un vaso de agua
En la misma línea del consejo anterior: mantén la boca húmeda. Un vaso de agua al final de una comida ayuda a eliminar las partículas de comida y los olores persistentes, al tiempo que aumenta la producción de saliva, lo que, a su vez, descompone los alimentos más rápido y evita el ambiente seco que aman las bacterias que causan el mal aliento.
5. Utiliza un enjuague bucal sin alcohol y antibacteriano
El enjuague bucal con alcohol reseca la boca, por lo que por muy bien que huela el producto es solo una solución temporal que hace más mal que bien. Por lo tanto, elije un enjuague bucal sin alcohol y un antibacteriano para matar cualquier insecto que esté esperando para prosperar allí.
Colgate tiene uno fantástico que usa botánicos antimicrobianos, como el anís y la menta.
6. Chicle con xylitol
El chicle con xylitol debe ser tu única opción, y no solo porque refresca el aliento, sino que también interrumpe el ciclo metabólico de las bacterias, evitando que se reproduzcan y crezcan cuando el aroma refrescante se desvanece.
También evita la goma de mascar azucarada, ya que el azúcar puede deshidratar su boca.
7. Olvídate de las mentas
Las mentas suelen ser dulces, resecan la boca y crean un entorno más óptimo para las bacterias que causan el mal aliento. Así que, siguiendo el consejo anterior, sustituye la menta por chicles.
8. Ten cuidado al comer alliums (cebollas, ajo, etc.)
Ya conoces a los principales culpables del mal aliento duradero: el ajo, cebollas, chalotas, cebollín…
Todos son parte de la familia allium y tienen compuestos sulfúricos que se absorben en el torrente sanguíneo al ingerirlos.
Después de eso, los compuestos se liberan a través de los pulmones. (Y a través de tu sudor).
Nunca te diríamos que dejes de cocinar sin ajo y cebolla, pero tal vez tenlos en cuenta si tienes una gran reunión de trabajo al final del día.
9. Disminuye el consumo de café y alcohol
Tanto el café como el alcohol resecan la boca. Y ya sabes lo que hace una boca seca por las bacterias productoras de azufre…
10. Obtén tu vitamina C y probióticos
Aumentar la ingesta de probióticos (como con una dosis diaria de yogur) ayuda a las bacterias buenas de tu cuerpo a defenderse de las malas, como las que producen mal olor en la boca.
Del mismo modo, las frutas y verduras ricas en vitamina C ayudarán a neutralizar cualquier bacteria en la boca. Por lo tanto, duplica el consumo de naranja, brócoli, kiwi, tomates, papayas, pimientos y guisantes.
El mal aliento puede ser un síntoma de algo más grave
La halitosis, definida como olor desagradable procedente del aliento de una persona, es un problema social asociado frecuentemente a una mala higiene bucal y con los consejos que hemos abordado en este post, podría ser suficiente para eliminarla.
Pero también podría ser un indicador de enfermedades sistémicas severas que necesitan un diagnóstico y tratamiento específicos.
Si después de intentar con estos consejos, no consigues eliminar el mal aliento, probablemente el siguiente paso recomendado sea que visites a un especialista para obtener atención profesional.
